Skip to main content

París, Francia. En una decisión que ha dejado a todos los gourmets y fanáticos de la gastronomía francesa con el corazón partido, el gobierno de Francia ha anunciado la prohibición de dar nombres a los bebés basados en alimentos. El primero en caer fue «Baguette», seguido de cerca por otros candidatos como “Croissant Pérez” y “Champiñón González”, que simplemente no pasaron el filtro.

El gobierno francés, que tradicionalmente es conocido por su amor a la comida y su gran devoción a la cultura culinaria, ahora está tomando medidas para evitar que los bebés terminen con nombres más apropiados para menús de restaurantes que para un carnet de identidad.

¿Por qué esta decisión?

Según el portavoz oficial del Ministerio de Cultura de Francia, “los nombres de comida son apropiados solo en la mesa, no en la cuna”. Asegura que, aunque la gastronomía francesa es un arte venerado mundialmente, hay límites a lo que se puede considerar «bonito» para un nombre de bebé. El caso de “Baguette Dupont” fue especialmente polémico, pues, aunque la baguette es un símbolo nacional, el nombre “Baguette” para un niño fue considerado «demasiado crujiente y poco serio».

“Nuestro sistema educativo no está preparado para llamar a un niño ‘Croissant’. ¿Qué haríamos si el niño empieza a tener mucha ‘mantequilla’ en la cabeza?”, bromeó un funcionario, aunque no dejó claro si hablaba de la dieta o de la personalidad de los pequeños.

Nombres que no llegaron a la fila de la maternidad

Aquí algunos de los nombres que se intentaron registrar, pero que fueron inmediatamente vetados por las autoridades:

  • “Croissant Pérez”: El nombre estaba demasiado asociado con una merienda francesa clásica, pero los funcionarios se preguntaron si el niño sería tratado como «postre» durante toda su vida.
  • “Champiñón González”: A pesar de su rica historia en la cocina, se desestimó el nombre por «no tener la suficiente presencia como para figurar en un documento oficial».
  • “Salmón Lefevre”: En este caso, se alegó que los bebés llamados “Salmón” podrían enfrentar prejuicios y comentarios sobre su “frescura” o “conservación” a largo plazo.
  • “Pasta Al Dente Moreau”: Aquí los funcionarios consideraron que la referencia a la textura de la pasta sería demasiado difícil de explicar a los profesores en la escuela primaria.

Respuestas de los padres

No todos en Francia están de acuerdo con esta nueva ley. Algunos padres han expresado su descontento, citando que la creatividad y el amor por la comida deberían ser celebrados en todas sus formas.

“Si no puedo llamar a mi hijo ‘Baguette’, entonces ¿a qué mundo estamos llegando? Solo quiero que mi hijo sea tan sabroso como su nombre.”
—@GourmetMadre

“Mi hija se iba a llamar ‘Tartiflette’, pero ahora no sé qué hacer. ¡Mi amor por la comida me está destrozando!”
—@FranciaHambre

Reacciones internacionales

A nivel internacional, la decisión ha generado un revuelo sin precedentes. Italia y España, que tienen sus propias tradiciones gastronómicas, ya han emitido declaraciones, defendiendo el derecho de los padres a poner nombres de comida a sus hijos.
“¿Qué pasa si quieren llamar a su hijo ‘Paella’ o ‘Bruschetta’? ¡Dejen que la gente ame lo que quiera!”, argumentó un portavoz del Ministerio de Cultura de Italia.

¿Estamos limitando la creatividad?

Aunque muchos celebran la prohibición de nombres de comida, otros temen que esta medida limite la creatividad y los derechos de los padres. Sin embargo, la realidad es que las comidas seguirán dominando el mundo de los nombres… solo que ahora, no será oficial.

Quizás en el futuro veremos una revolución de apellidos gastronómicos. ¿Te imaginas a alguien llamado “Sushi Rodríguez” o “Tortilla García”? ¡Lo único seguro es que cualquier fiesta de cumpleaños de estos niños será un éxito gastronómico asegurado!