Primero lo primero: El estado mental
Antes de comenzar, tienes que entrenar la mente. Esto es psicología inversa aplicada al hambre.
Tú no vas al mercado a comprar comida. Vas a comprar esperanza. Vas a llenar tu bolsita ecológica con productos que gritan:
“Tranquilo, papá, con esto se sobrevive otra semana más.”
Paso 1: Elige tus tres guerreros alimenticios
Para que el ritual funcione, debes elegir sabiamente. Aquí te van combos recomendados según tu signo zodiacal del bolsillo:
Combo Básico Nivel Jedi
- 2 kilos de arroz
- 1 cebolla mediana
- Medio queso blanco (con más aire que leche)
Con esto te haces:
- Arroz con cebolla y fe
- Tajadas de queso a la plancha (una sola vez, pero eso no importa)
- Una olla de arroz pa’ rendirlo con todo lo que aparezca: mango, huevo, incluso soñar con carne.
Combo Premium de Clase Media en Extinción
- Medio kilo de carne molida (cara como una operación de corazón abierto)
- Un paquete de pasta (marca «Quién sabe»)
- Una pastillita de cubito (porque el sabor no se improvisa)
Aquí sales diciendo:
“¡Hoy se come pasta con carne, papá! Estamos hechos, qué más quiero yo.”
Pero al llegar a casa, te das cuenta de que no hay gas… así que igual terminas comiendo pan con cubito diluido en agua.
Combo Vegano Obligado por el Presupuesto
- 3 plátanos pintones
- Un tomate (uno solo, grande, que parezca que pesa más)
- Harina Pan (si aparece, llora de la emoción)
Con esto finges tener una dieta balanceada y saludable. A veces, hasta lo posteas en redes con el caption:
“Reaprendiendo a valorar lo natural #Bendecido”
Paso 2: Sal del súper como si hubieses ganado el Kino
La clave está en la actitud. Sal con tu bolsita (eco o de plástico reusado) bien agarrada y cara de victoria. Si alguien te pregunta:
— ¿Qué compraste?
Tú lanzas:
— Unas cositas pa’ resolver… ya tú sabes, lo necesario pa’ la semana.
Aunque tú sabes que si no administras bien el arroz, el domingo vas a estar haciendo sopa de agua con hoja de laurel prestada.
Tips para el supermercado simbólico exitoso:
- Evita los pasillos de galletas y chucherías. Son zona de nostalgia y arrepentimiento.
- Haz como que revisas precios. Aunque no compres, la gente dice “ah mira, este sabe”.
- Lleva lista aunque sea pa’ anotar lo que no vas a comprar.
- Sonríe en caja. Si pones cara de “hice mercado con 3 cosas” la cajera te respeta más.
Bonus Track: Frases típicas del mercado simbólico
- “Eso rinde, chama, créeme.”
- “Con esto hago magia en la cocina.”
- “¡Lo importante es tener algo, vale! Uno no se puede quejar.”
- “Si mi abuela con yuca alimentó 8 carajitos, yo con esto me lanzo un gourmet.”
Porque en Venezuela, el que sobrevive con creatividad y buen humor merece un Nobel de Economía Emocional. Así que si hoy hiciste mercado con tres cositas y llegaste a casa diciendo “¡pa’ lo que hay, esto es lujo!”, hermano, tú ganaste.