Ginebra, Suiza. En una decisión histórica, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado oficialmente que usar Internet en Venezuela califica como un deporte extremo. La resolución fue aprobada por unanimidad después de que varios expertos presenciaran en tiempo real cómo un venezolano intentó subir un archivo de 2MB a Google Drive durante 6 horas sin perder la fe ni el control emocional.
Según los voceros de la ONU, lo que viven los venezolanos no puede llamarse simplemente “navegar por internet”, sino que se trata de una actividad de alto riesgo emocional, psicológico y espiritual, donde la paciencia se pone a prueba más que en un retiro budista sin café.
La tragedia de abrir un video en YouTube (en 144p)
Intentar ver un video en YouTube en Venezuela es similar a ver una pelea de boxeo por carta: todo llega por partes y sin contexto. Empieza el audio, se pausa la imagen, vuelve el buffering, y terminas viendo un círculo girando que se burla de ti en silencio.
Según el informe, el promedio de velocidad en algunos sectores apenas alcanza a competir con la conexión de un Nokia del año 2003.
Técnicas ninja para sobrevivir al Internet criollo
Pero no todo está perdido. El venezolano, como siempre, ha desarrollado estrategias milenarias de combate contra la lentitud digital. Aquí algunas de las más usadas:
- Guindar el módem en la mata de mango: Según estudios no comprobados, la conexión mejora si el router toca una rama frondosa y siente la brisa de la sabana.
- Rezarle a Cantv y prometerle una misa si vuelve la señal: Hay quienes tienen altares con el logo de ABA, velas blancas y hasta estampitas del último técnico que los visitó en 2018.
- Reiniciar el módem 14 veces al día, en ayunas y con fe: Se dice que si reinicias el módem a la hora en punto, mirando al Ávila, los dioses de la banda ancha te regalan 10 minutos de internet estable.
- Usar los datos móviles como recurso de guerra: Cuando todo falla, el venezolano saca su última carta: los datos móviles. Ese plan de 2GB comprado en una esquina a precio de carne importada, que se guarda como oro para emergencias, entrevistas por Zoom o stalkear a la ex.
Testimonios de valientes sobrevivientes
Yolanda Salas, vecina de Guarenas, narró entre lágrimas: “Tenía que mandar un PDF. Me desperté a las 3 de la mañana, bajé al frente del abasto, puse el teléfono en modo avión, lo quité, le recé a San WiFi… y ¡milagro! se fue el archivo… al spam.”
Luis Daniel Soto, estudiante universitario, dijo: “Yo empecé a descargar el libro el lunes y terminó el viernes. Ya había pasado el examen, pero igual lo leí por orgullo.”
Clasificaciones del Internet extremo venezolano
Según los expertos del Instituto Nacional de Navegación por Fe (INNAFE), estos son los niveles actuales de conexión:
- Nivel Fantasma (0.01 Mbps): Solo sirve para abrir el correo, y eso si tienes suerte.
- Nivel Ilusión (0.25 Mbps): Puedes ver un video si lo pones a cargar y te vas a lavar el carro.
- Nivel Gladiador (1 Mbps): El internet “rápido” de los privilegiados. Sirve para mandar stickers en WhatsApp sin esperar 3 minutos.
- Nivel Místico (cuando te conectas al WiFi del vecino sin que él se dé cuenta): Este nivel solo se alcanza si vives en armonía con el universo y tu cuarto pega con el baño del vecino.
¿Y el 5G?
Sí, claro. Y yo tengo un unicornio en el garaje.
El venezolano no navega, sobrevive
Usar Internet en Venezuela no es un derecho, es una prueba de carácter, una caminata espiritual en el desierto digital. Pero si algo ha demostrado el pueblo venezolano, es que donde haya una mata, una reja o una escalera para guindar el router… siempre habrá esperanza.
Así que ya sabes: si ves a alguien encima del tanque de agua, con el módem en una mano y el celular en la otra apuntando al cielo, no lo juzgues. Está tratando de ver un reel en Instagram sin que se congele.