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Oslo, Noruega. En un giro inesperado que está revolucionando la industria del turismo, un hombre en Noruega ha creado un iglú de lujo en plena nieve y lo ha puesto en alquiler a través de Airbnb por $400 la noche, ¡incluyendo desayuno de nieve! Este inusual alojamiento, que originalmente parecía una broma, se agotó en solo una semana, todo gracias a la promoción de influencers de viajes.

El iglú, que tiene paredes de hielo transparente y un techo de nieve perfectamente esculpido, fue diseñado por Lars Björk, un noruego que afirma haber querido combinar su amor por el frío con la pasión por el turismo exclusivo. “Siempre quise que la gente pudiera dormir como los esquimales, pero con Wi-Fi y desayuno incluido”, explicó Björk, quien asegura que el concepto de “comodidad en la naturaleza” está en auge.

El “desayuno de nieve” que está dando de qué hablar

El desayuno de nieve que se ofrece a los huéspedes es, según los comentarios de los primeros inquilinos, «una experiencia única». Consiste en un bol de nieve fresca, acompañada de jarabe de arce y frutas deshidratadas, porque ¿quién no quiere comenzar su día con una dosis de nieve directamente de la naturaleza?

“Me sentí como en un sueño, desperté, miré por la ventana y me di cuenta de que mi cama era literalmente un bloque de hielo. Y luego, el desayuno… ¡la nieve nunca había sido tan deliciosa!”, comentó una influencer en su cuenta de Instagram.

El desayuno de nieve no es el único detalle peculiar del alojamiento, ya que los huéspedes pueden disfrutar de música ambiental de viento polar y un sistema de calefacción a base de luces LED que dan la ilusión de estar cerca de un fuego. Claro, eso si no te congelas antes de llegar.

Influencers, ¿el nuevo motor del turismo extremo?

El fenómeno del iglú de lujo se disparó cuando varias influencers de viajes comenzaron a promocionar el alojamiento en sus redes sociales. Con frases como “Dormir en un iglú con desayuno de nieve, ¿qué más puedes pedir? ” y “Si no has dormido en un iglú, ¿realmente has vivido? #TravelGoals”, rápidamente el lugar se hizo viral.

Este marketing de influencia ha hecho que muchos viajeros de todo el mundo busquen una experiencia extrema pero fotogénica, sin importar el precio. $400 la noche no parece tanto cuando te imaginas posando en tu cama de hielo bajo las estrellas polares y publicando la foto con el hashtag #InstaCoolIglu.

Críticas y controversias

A pesar del éxito de la iniciativa, algunos se han preguntado si el alojamiento es realmente tan «exclusivo» o simplemente una estrategia para hacer dinero. Un grupo de turistas disgustados comentó que el iglú no ofrecía más que la «promesa de frío intenso y descongelación de pies».

“Es todo muy lindo en las fotos, pero a los 10 minutos de entrar, ya sentí que mis dientes chorreaban hielo. ¡Y la nieve se derretía más rápido que mi cuenta bancaria!”, expresó un turista que canceló su reserva tras ver la primera capa de nieve derretida.

Sin embargo, Björk se mantiene firme en que su iglú es un refugio único para los aventureros que buscan algo «auténtico y original», aunque reconoce que las críticas sobre la “temperatura congelante” son algo que “no se puede evitar en un iglú”.

El futuro de los alojamientos inusuales

Con el éxito rotundo de su iglú, Björk ya está planeando nuevas versiones del concepto, incluyendo «casas en los árboles con ventanas de hielo» y “yurts en el desierto de Arabia”. Para aquellos que buscan algo más cálido, se habla de “cabañas de barro con Wi-Fi en el Amazonas”.

Lo único más frío que el iglú es el Wi-Fi

Si bien algunos se cuestionan si dormir en un bloque de hielo es una buena idea, lo cierto es que esta tendencia demuestra que la gente está dispuesta a pagar por experiencias extremas y fotogénicas, siempre y cuando estén bien promocionadas por los influencers adecuados. Y si el desayuno es de nieve… bueno, ¡es lo de menos!