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¡Ajá, mi gente arrecha! Si estás leyendo esto, probablemente tienes luz, datos o un ratito de señal robada del WiFi del vecino (¡gracias, vecino!). Pero sabemos que en Venezuela eso es como ver un unicornio con carnet de la patria: raro, mágico y sospechoso.

Por eso, aquí te traemos la guía práctica y criolla para sobrevivir a un día sin luz, agua ni internet… ¡porque sí, pana, aquí todo se va menos las ganas de echarle pichón y reírnos de la desgracia!

1. El apagón: ese viejo amigo que no avisa

Todo comienza con ese bajón de luz que suena como cuando te dejan en visto:
“¡Pufff!”… se fue.
Y uno, como buen venezolano entrenado en la adversidad, dice la frase sagrada:

“¡SE FUE LA LUUUZ!”
(siempre gritado, como para que se enteren hasta en la China).

Aquí empieza la travesía. No hay Netflix, no hay abanico, no hay blender para el Toddy… pero sí hay calor, zancudos y desesperación.

¿Qué hacer?

Sencillo: activa el «modo supervivencia maracucho» y sigue leyendo.

2. ¡Luz fuera, pero la chispa criolla se queda!

Plan A: Linterna del celular

Hasta que se acabe la batería. Luego te toca invocar al Espíritu Santo con una vela chueca y medio derretida del 2019.

Plan B: Fogata emocional

Agarra el brasero de la abuela, un anafre o un mechurrio improvisado. Si no tienes gas, usa los recibos del agua que nunca llega, que pa’ algo tienen que servir, ¿no?

3. Sin agua: conviértete en ninja del tobo

Olvídate del spa. Aquí se impone el arte del “baño por partes” con tobito, que consiste en seguir este orden sagrado:

  • Cara
  • Axilas
  • Patas
  • Y lo demás según la confianza

Y si no hay ni una gota de agua, aplica el combo triple amenaza:

Colonia + Talco + Desodorante fuerte marca «Perseverancia»

Pro tip: si tienes aire acondicionado y no hay luz, aplica colonia con atomizador en el pecho. Pa’ refrescar el alma.

4. Sin internet: la locura comienza

A los 15 minutos sin datos, empiezas a oír voces… ¡son tus pensamientos! Redescubres el mundo: tu casa, tu familia, incluso al vecino con quien no hablabas desde el mundial del 98.
Te recomendamos:

  • Leer el shampoo como si fuera un best seller.
  • Jugar dominó con el gato (si pierdes, ya sabes quién es el demonio).
  • Inventar un podcast mental: tú solo, tú con eco, tú imitando a Osmel Sousa.

Si el bajón es más de 6 horas, lo mejor es recargar emocionalmente con un tetero de Toddy y dos galletas María. Eso, pana, resucita hasta a un celular sin batería.

5. Cocina apocalíptica: el arte del sancocho eléctrico

Cuando no hay gas, ni electricidad, ni paciencia… ¡llega la creatividad gastronómica criolla!

  • Calienta agua con una lupa (paciencia nivel Dios).
  • Prepara arepas con la plancha de pelo.
  • Haz un “quesillo simbólico” con la imaginación y una arepa dulce.

Y si no hay nada de comida: saca la reserva nacional: una latica de Diablitos y una galleta soda del 2018.
Sí, eso todavía sirve. Si no se mueve, se come.

6. Mente positiva: tú no te vas a dejar tumbar por un bajón

  • Haz yoga nivel patio: estírate buscando señal en el techo.
  • Medita con mantras tipo: “Yo soy WiFi, yo soy conexión”
    “Prende, bombillo, prende”
  • Y si todo falla, escríbele a Corpoelec en Twitter como quien reza un rosario con rabia: «¡Ya va pa’ 12 horas, señores! ¿Hasta cuándo el castigo divino?»

7. Recomendación final: únete al club del blackout feliz

Porque si vamos a estar sin luz, sin agua y sin internet… ¡al menos estemos juntos!
Hazlo comunidad:

  • Juega bingo con los vecinos
  • Organiza karaoke sin micrófono
  • Haz concursos de cuentos de terror con velas (la historia de cómo llegó Hidrocapital al sector es un clásico del horror)

Aquí no se rinde nadie

En Venezuela, sobrevivir sin servicios no es nuevo, es casi deporte nacional. Pero lo que sí es nuevo es nuestra capacidad infinita de hacer humor con lo que sea.

No tenemos agua, no tenemos luz, no tenemos internet…

¡PERO TENEMOS GUÁRAMO, HUMOR Y UN TETERO DE TODDY LISTO PARA CARGARNOS EL ALMA!

Así que la próxima vez que todo se vaya, recuerda: ríete, improvisa, y grita con fuerza desde el balcón:

¡SE FUE TODO, PERO AQUÍ SEGUIMOS ARRECHOS!