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Queridos arrechos y arrechas, hoy les traemos una receta que es patrimonio cultural de la humanidad… o bueno, al menos debería serlo: ¡los tequeños! Esa maravilla frita que no puede faltar en ninguna fiesta venezolana. Si te invitan a una reunión y no hay tequeños, ¿realmente estuviste en una fiesta? No lo creo, mi pana.

Aquí te dejamos la receta para que puedas convertirte en el héroe de cualquier reunión. ¡Saca papel y lápiz (o el celular, que estamos en el 2024) y prepárate para hacer magia con el queso!ç

Ingredientes:

  • 2 tazas de harina de trigo (la responsable de todos esos kilos de más, pero ¡vale la pena!)
  • 5 cucharadas de mantequilla (sin mantequilla no hay sabor, mi gente)
  • 1 huevo (el que va a unir esta obra maestra)
  • 1/2 cucharadita de sal (pa’ darle sazón a la vida)
  • 2 cucharadas de azúcar (para que el queso no sea el único protagonista)
  • 5 cucharadas de agua fría (como la que nos bañamos cuando se va la luz)
  • 1/2 kg de queso blanco semiduro (si el queso es suave, ¡prepárate para el desastre en el sartén!)
  • Abundante aceite (porque tequeño que no nada en aceite, no es tequeño)
  • Papel absorbente (para que tus amigos no se quejen de que están «muy grasosos»)

Preparación:

  1. El arte de la masa: haz una montañita de harina con un hueco en el medio (como un cráter volcánico, pero sin lava). Ahí metes la mantequilla y el huevo. ¡Que comience la fiesta de amasar!
  2. La mezcla mágica: disuelve la sal y el azúcar en el agua (¡con cuidado! que si te pasas de sal, te van a poner a freír otra vez). Poco a poco, ve agregando el agua a la harina y amasa hasta que no se te quede pegada en los dedos. Si te pasas, toca limpiar la mesa… y las paredes.
  3. La bola mágica: junta la masa en una bola (¡tu trofeo por tanto esfuerzo!) y aplánala como si estuvieras intentando poner a dieta al queso. Deja que tenga unos 5 mm de grosor, nada de exageraciones.
  4. Las tiras mortales: corta la masa en tiras de unos 15 cm de largo y 1.5 cm de ancho. Esto es lo que va a envolver ese delicioso queso y evitar que salga corriendo cuando toque el aceite caliente.
  5. Enrollando como una momia: agarra esas tiras y empieza a envolver el queso como si fuera un faraón listo para ser embalsamado. ¡No dejes ni un huequito! No queremos queso fugitivo.
  6. El momento de la verdad: calienta suficiente aceite en un sartén. Si tu caldero es pequeño, mejor fríe de a pocos (nada de apuros, que esto es arte). Mete los tequeños y déjalos hasta que estén doraditos, como los sueños de quien se come el primer tequeño en la fiesta.
  7. Escurrir y a disfrutar: sácalos con una espumadera y ponlos en papel absorbente para quitarles un poquito de grasa (sí, solo un poquito… que la dieta la empezamos mañana).

Consejito arrecho:

Si sientes que eres medio torpe con las tiras de masa, ¡no hay rollo! Corta cuadrados de 7 cm y envuelve el queso como si fuera un paquetico de regalo. Fácil, rápido y delicioso.

Ya lo sabes, si haces estos tequeños para la próxima fiesta, prepárate para que te nombren el «Rey o Reina del Pasapalo». Y si quieres llevar la cosa a otro nivel, ¡haz guasacaca! Así es, una salsita para que la gente te ame aún más (y después te odien por no haber hecho más).

Guasacaca rápida: 1 taza de aguacate, 2 ajíes picantes, ¼ de cebolla, ¼ de taza de cilantro, un diente de ajo, 3 cucharadas de vinagre y 3 de aceite, jugo de limón y sal. Lo metes todo en la licuadora, y ¡pa’ la nevera!

¡Buen provecho, mi gente!