¿Qué pasa cuando intentas entender el Brexit con lógica venezolana? Simple, lo comparamos con una cola para comprar Harina PAN: largas esperas, promesas de que «ya casi llega», y al final, te quedas con las manos vacías o con un paquete de «cualquier cosa» que no pediste.
Entender el Brexit desde afuera puede ser complicado, pero si lo ponemos en términos que todo venezolano conoce —como hacer una fila interminable para comprar Harina PAN—, de repente todo tiene sentido. Porque, seamos honestos, ¿qué experiencia es más caótica y llena de promesas incumplidas que esa? Así que aquí te traemos una versión tropicalizada de lo que ha sido el Brexit, explicada paso a paso, como si fuera la espera más venezolana de todas.
1. Las promesas
Todo comienza con el Reino Unido (ese amigo que siempre está «un pelín arrecho«) queriendo salirse de la Unión Europea, porque claro, le dijeron que así iba a conseguir todo lo que quería más rápido y mejor. Es como cuando te dicen que en tal supermercado «van a traer Harina PAN mañana, temprano, sin falta«. Y tú, ingenuo, te emocionas, te pones los zapatos más cómodos y te lanzas a hacer la cola a las 4 de la mañana, creyendo que esta vez sí va.
2. La cola eterna
Ya llegaste al supermercado, y claro, la cola es larguísima. ¡Pero no importa! Porque tú estás decidido, convencido de que al final de esa fila te espera la gloria: Harina PAN suficiente para hacer arepas, empanadas y hasta cachapas. Sin embargo, las horas pasan, y te das cuenta de que la fila avanza lentamente, de que los de adelante están discutiendo, y de que los rumores empiezan a correr: «Dicen que la harina no llegó completa«, «Que la cosa se complicó en la entrada«, «Que no la están vendiendo todavía«. Así mismo ha sido el Brexit: años de discusiones, demoras y rumores de «ya casi«, «ahora sí«, «esta vez es la definitiva«, mientras todos se preguntan si valdrá la pena al final.
3. Las disputas en la cola
En la cola, empiezan los problemas. Los que querían irse rápido (los «pro-Brexit») están cada vez más frustrados con los que dicen que es mejor quedarse (los «anti-Brexit»). Esos últimos dicen que tal vez deberían buscar otra tienda, porque ya en esta se ve que la Harina PAN no va a llegar. Pero los primeros insisten en quedarse, creyendo que en cualquier momento, un milagro ocurrirá.
Lo mismo pasó en el Reino Unido: cada bando luchando por su versión de lo que debería pasar, mientras la cola sigue avanzando a paso de morrocoy.
4. El momento de la verdad
Después de años (o lo que parecen años en la fila), finalmente llega el gran día. El Reino Unido dice: «¡Nos vamos! ¡Ya estamos fuera!». Es como cuando finalmente te toca entrar al supermercado, la emoción te corre por las venas, ya puedes saborear las arepitas en tu mente… hasta que ves el estante y te das cuenta de que lo único que queda es harina de yuca. ¡No es la Harina PAN que querías!
Y ahí es cuando el Reino Unido, después de todo ese esfuerzo, se da cuenta: «¿Pero esta no es la libertad que me prometieron?». Así mismo, se encuentra con que las promesas del Brexit, como las arepas perfectas, no eran tan sencillas de alcanzar.
5. Final inesperado
El Reino Unido ya está afuera, pero ahora no sabe qué hacer con su harina de yuca. En la fila de Harina PAN, el venezolano se lleva lo que encuentra, suspira y piensa: «Bueno, a lo mejor esto sirve pa’ hacer unas arepitas de yuca, ¿no?«. Porque al final, tanto el Brexit como la búsqueda de la Harina PAN terminan en la resignación: la situación no fue lo que esperabas, pero igual hay que resolver con lo que tienes.
Momento único:
«Cuando el Reino Unido finalmente logra salir de la Unión Europea, pero se da cuenta de que la harina que querían no era la que llegó… ¡Así es el Brexit, puro ‘pa’ mañana’!«