Skip to main content

Nueva York, EE. UU. En un giro tan inesperado como cómico, un anciano de 78 años ha ganado el maratón de Nueva York sin mover un músculo. Todo ocurrió cuando el hombre, Don Alfredo González, se confundió de ruta y terminó cruzando la meta en primer lugar sin siquiera haber corrido un solo kilómetro.

El incidente, que ha dejado boquiabiertos a organizadores y participantes, ocurrió cuando Don Alfredo, que pensaba que estaba siguiendo la ruta oficial, acabó caminando por una calle secundaria llena de puestos de comida. Sin embargo, el aroma a perrito caliente que salía de un carrito cercano le dio fuerzas y, de alguna manera, sin darse cuenta, llegó al final de la carrera antes que los corredores entrenados.

«¿Correr? Yo solo seguí el olor a perrito caliente»

Cuando los periodistas le preguntaron cómo había logrado ganar el maratón, Don Alfredo explicó su inusual victoria de manera sencilla:

“Yo no corrí ni un minuto. Solo seguí el olor a perrito caliente. Estaba caminando tranquilo, cuando de repente vi que todos me miraban raro, y fue entonces cuando me di cuenta que había llegado al final. ¡A mí me basta con un buen hot dog!”

Alfredo, que aparentemente no tenía idea de que estaba participando en una de las carreras más prestigiosas del mundo, continuó diciendo que estaba “bastante confundido” pero que no pensaba que fuera gran cosa, ya que “solo estaba buscando algo para comer”.

La reacción de los competidores

Los otros competidores, que pasaron horas entrenando para este evento, no podían creer lo que veían. Uno de ellos, un corredor profesional llamado Jonathan Speed, expresó lo siguiente al ser entrevistado:

“Estaba en la zona, corriendo mi mejor maratón, y de repente veo al señor Alfredo caminar tranquilamente mientras yo estoy muerto de cansancio. Pensé que era un espectador, pero resulta que estaba ganando. Es lo más surrealista que me ha pasado en mi vida.”

¿Nuevo récord mundial? No, solo un accidente épico

Al principio, los organizadores del maratón pensaron que Don Alfredo había hecho trampa o que se trataba de algún tipo de error. Sin embargo, tras revisar las cámaras de seguridad, confirmaron que el anciano simplemente se había confundido de ruta y había tomado un atajo lleno de vendedores ambulantes. Lo más impresionante es que, a pesar de no haber corrido ni un solo metro a la velocidad requerida, llegó a la meta antes que el resto.

Los organizadores decidieron darle el primer lugar como premio honorario y lo felicitaron por su “estrategia innovadora”.

El futuro de las maratones

A raíz de este suceso, se han generado debates sobre la legitimidad de las victorias por accidente y si los maratones deberían considerar incluir un “camino de comida” en sus rutas para aquellos corredores que necesitan motivación extra. Algunos, de hecho, están sugiriendo que en futuras ediciones, podrían hacer la carrera más “sabrosa” e incluir paradas estratégicas con hamburguesas, hot dogs y pizza para aumentar la participación.

A veces, la vida es como un maratón… solo sigue el olor

Este inesperado triunfo de Don Alfredo ha dejado claro que en la vida, no siempre se trata de correr más rápido. A veces, solo hace falta un poco de discreción, un paso tranquilo y, claro, un buen tentempié para llegar primero.

Al final, la moraleja es clara: Si alguna vez te pierdes en una maratón, solo sigue el olor a comida y tendrás tu propia victoria.